Algo, que no se puede explicar con palabras.
Sentir la brisa del mar acariciar tu cabello, dar un paseo por el campo o, incluso tumbarte en el sofá con tu mejor amiga y contaros mutuamente vuestros fracasos en el amor.
Pequeños momentos que se pasan tan rápido, que no nos damos cuenta de la hora que marca el reloj. Pasan sin ser valorados, como deberían, como la sonrisa con la que te recibe tu familia al llegar a casa tras un día agotador de estudios, la alegría con la que tu perro te saluda, o el simple consejo de una amiga.
Estos pequeños momentos, que tan comunes vemos, son los que más dolor causarán en su ausencia, valoralos, ahora que están ahí.
